Capacidades Estatales y Desarrollo Regional. Realidades y desafíos para América Latina.

Autores: Víctor Ramiro Fernández, Ma. Cecilia Güemes, Juan Pablo Magnin y José Vigil. Ediciones Universidad Nacional del Litoral (UNL), Santa Fe, Argentina. 2006. Pag 298.

El presente trabajo persigue un triple propósito. En primer lugar destaca, fundamentalmente para el escenario latinoamericano, el papel estratégico que le cabe al Estado y a sus capacidades institucionales en el desarrollo regional en general y en el ámbito productivo industrial en particular. Resalta, en tal sentido, la necesidad de revertir el desplazamiento al que han sido sometidos estos aspectos por parte de los enfoques del desarrollo regional y local que, habiendo ganado una posición dominante en el ámbito académico e institucional a nivel global a través de experiencias como la de los distritos industriales, los clusters y las regiones de aprendizaje, se han instalando en la región como marco orientador del desarrollo y la competitividad territorial. En segundo lugar, muestra, a través de un estudio de caso desarrollado a nivel meso-regional sobre la provincia de Santa Fe, y a partir de una metodología diseñada al efecto, la debilidad del Estado regional y el vaciamiento de sus capacidades vinculadas al campo productivo industrial que tuvo lugar en la Argentina durante la década de los ’90, cuando ocurrieron las transformaciones de matriz neoliberal inspiradas en el Consenso de Washington, respecto de las que este país se posicionó como uno de los más aplicados seguidores. Finalmente, y luego de fundamentar teórica y empíricamente esa debilidad institucional del Estado, formula un conjunto de lineamientos propositivos tendientes a dar centralidad a la construcción de la capacidad estatal en el campo productivo industrial, entendida ésta como un pilar necesario, estructurador y precondicionante para pensar una estrategia de desarrollo regional integral e integradora. Se sostiene, esencialmente, la necesidad de que esa construcción institucional tenga lugar en el marco de un proceso multiescalarmente articulado (nacional, regional y local) capaz de evitar la fragmentación y la profundización de los desequilibrios territoriales.